Los movimientos bruscos e irregulares del vehículo, que se presentan a modo de tirones o sacudidas, tanto al acelerar como al mantener una velocidad constante, pueden llegar a ser una gran molestia al momento de conducir. 

Esta frustrante sensación, también conocida como “caballeo” o “jaloneo”, suele ocasionar, además, una perceptible pérdida de potencia en la fuerza de los automotores, lo que evita una movilización segura, óptima y cómoda para sus ocupantes.

A decir de Felipe Jiménez, Director de Operaciones Directas de Combustible y Tiendas de Terpel Ecuador, “experimentar este comportamiento en los vehículos no es normal. No solo resulta incómodo para quien conduce y ocupa el auto, sino que puede incurrir en daños graves que perjudiquen la máquina, e incluso riesgos relacionados a la seguridad de sus pasajeros”.

En ese sentido, Jiménez comparte una guía con las principales razones que pueden estar ocasionado el problema, y consejos para remediarlo y evitar futuros contratiempos.

¿Por qué podría estar “caballeando” tu auto?

Un sistema de combustible obstruido o averiado: Una de las principales razones por las que un auto jalonea al momento de acelerar es porque existe un suministro inadecuado de combustible. “Esto puede darse debido a que el filtro de combustible está sucio o dañado, obstruyendo su paso; así como a la acumulación de suciedad o depósitos en los inyectores, lo que impide la mezcla aire-combustible adecuada y causa tirones al acelerar. 

También puede deberse a que las bombas estén desgastadas, interrumpiendo el correcto flujo de combustible y afectando la potencia del motor”, explica el ejecutivo de Terpel.

Bujías en mal estado: Las bujías desgastadas o sucias también pueden ocasionar sacudidas inusuales en los autos, ya que afectan el proceso de ignición y la eficiencia de la combustión en el motor. “Cuando esto sucede, se genera una distribución desproporcionada de la potencia, que suele evidenciarse con tirones bruscos al momento de acelerar”, comenta el director.

Problemas en los sensores: Sobre todo cuando nos referimos a vehículos modernos, existe una alta dependencia en los sensores y componentes electrónicos. Cuando estos sistemas se encuentran defectuosos, no se logra un funcionamiento suave y óptimo en el automotor. “Esto se da, por ejemplo, cuando falla el sensor de oxígeno, y no se logra la mezcla correcta entre aire y combustible”, indica el experto.

Fallas en la transmisión: Al ser un sistema crítico en la propulsión del auto, los daños en la transmisión pueden ocasionar el caballeo, sobre todo al momento de realizar cambios de marcha. Un elemento común en estos casos es el del convertidor de par defectuoso.

Filtros de aire sucios: Al igual que con el filtro de combustible, el desgaste, la suciedad y obstrucción en los filtros de aire dificultan su paso hacia el motor, y esto, a su vez, impacta directamente en el nivel de potencia que puede generarse.

¿Qué medidas se pueden tomar?

Realizar mantenimientos periódicos: Evitar siempre será mejor y menos costoso que corregir o reparar. Por ese motivo, se recomienda agendar revisiones programadas en las que puedan realizarse los cambios de aceite oportunos, verificar el estado de los filtros y las bujías, y comprobar el funcionamiento de sensores y sistemas como la transmisión. 

“Los mantenimientos preventivos en talleres especializados como los de la red de Mobil a nivel nacional, pueden evitar muchos de los problemas que conducen al caballeo, y que a la larga terminan afectando el óptimo funcionamiento de los vehículos”, afirma Jiménez.

Realizar diagnósticos especializados: En caso de que se estén presentando episodios de caballeros en el auto, y no se logre identificar la causa aparente, el acudir a especialistas es la mejor herramienta. Según el representante de Terpel, “a través de escaneos de diagnóstico automotriz, se identificarán y solucionarán los problemas, que podrían ser electrónicos, por ejemplo”.

Evitar que se vacíe el tanque de combustible: El mantener el tanque de gasolina al menos a la mitad, disminuirá la acumulación de sedimentos, residuos y partículas que puedan obstruir el sistema de alimentación de combustible.


Utilizar un combustible y aceite lubricante de calidad: El consumo de un combustible y lubricante de alta calidad es imprescindible para procurar el mejor aprovechamiento y funcionamiento de los automotores, siempre en concordancia con lo sugerido por el manual del fabricante del vehículo. 

Por el contrario, los productos de mala calidad, pueden incurrir en la acumulación de depósitos y afectar el rendimiento del motor. “Gasolinas como nuestra Súper Evol-T contienen moléculas detergentes, anti-adherentes, inhibidores de corrosión, emulsionantes y solventes, que protegen el sistema mecánico”, agrega el representante de Terpel, quien aconseja también optar por los lubricantes de Mobil, cuyo liderazgo en el mercado se relaciona a la alta calidad de sus productos.


Procurar una conducción acertada: El estilo de conducción también aporta al cuidado de los sistemas de alimentación de combustible y transmisión. Las aceleraciones y las frenadas bruscas pueden afectar su rendimiento. Por eso, se recomienda conducir a una velocidad constante, respetando siempre los límites de velocidad establecidos por la ley.